Diseñar para el cambio

Diseñar para el cambio

Canva, Crello, Piktochart y Visme son solo algunas de las alternativas creadas para democratizar el diseño gráfico y ponerlo al alcance de las mayorías. Con simples ajustes, ejecutados de forma intuitiva, podemos obtener un buen resultado. Hoy evaluamos la importancia del diseño gráfico en una sociedad en la que muchos tienen la posibilidad de diseñar.

Las redes sociales han dado un papel protagónico a los usuarios. Los llamados “prosumidores” tienen el poder de producir y consumir contenidos que llegan a miles o millones de personas. Sin embargo, hacer una buena comunicación visual no está al alcance de todos, debe tomarse en cuenta el conocimiento, las actitudes y el comportamiento de las audiencias para lograr determinados objetivos.

En el campo del diseño publicitario, sabemos que una marca se juega todo en la presentación de los productos o servicios. Su mensaje puede ser perfecto, pero si el diseño que lo acompaña no está bien pensado o ejecutado, probablemente la comunicación esté destinada al fracaso.

El diseñador argentino Jorge Frascara nos recuerda que “si el público no compra el producto anunciado, la estrategia ha fracasado, a pesar de la posible belleza del aviso o del número de premios obtenidos en clubes de directores de arte”.

El empresario estadounidense Seth Godin nos recuerda otro aspecto fundamental: la importancia de diferenciarse. La vaca púrpura es el concepto que plantea para que las empresas apliquen un proceso diferencial que las convierta en líderes de innovación y tan llamativas como una vaca de color púrpura.

En un mundo inmerso en publicidad, todas las marcas tratan de conquistarnos y constantemente caen en el error de reproducir ideas comunes, las herramientas de diseño online son una extensión de este problema. Si bien pueden facilitar la vida de los prosumidores, sus plantillas predeterminadas son usadas por millones de usuarios.

Pero no solo hablemos de la importancia que tiene la comunicación visual para las marcas, también para nuestra vida. Frascara cuenta que al volar de Montreal a La Habana —es decir, de una ciudad donde se habla inglés y francés a una donde se habla castellano— las instrucciones de los salvavidas solo estaban en ruso.

A esta experiencia se suman los malos diseños que abundan en las instrucciones para emergencias y etiquetado de productos de consumo, claros ejemplos en los que la mala comunicación visual puede ser mortal.

Los años de estudios y constante preparación de un diseñador gráfico no son en vano. Para Frascara, “el rol de las comunicaciones visuales no termina en su producción y distribución, sino en su efecto sobre la gente. La motivación para su creación y el cumplimiento de su propósito se centra en la intención de transformar una realidad existente en una realidad deseada”.

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